Las abejas viven en comunidades llamadas enjambres que están formados por una media de 50.000 individuos, dependiendo de la época. En primavera y tiempo de floración pueden llegar incluso a los 70 mil individuos en cada colmena.
Los enjambres están compuestos por tres tipos de abejas. Por un lado tenemos a las abejas obreras, que son hembras imperfectas, puesto que el aparato reproductivo no lo tienen desarrollado. Estas abejas son las más numerosas dentro de la colonia y son las encargadas de realizar la mayoría de tareas domésticas dentro de la colmena.
Las obreras se encargan de la limpieza, alimentan a la cría y a la reina, defienden la colmena y también son las encargadas de salir a recolectar los alimentos, sea polen o néctar, y también llevan al nido agua y propóleo.
Por otro lado tenemos los zánganos, estos son los machos de la especie y tienen como misión principal y casi única la fecundación de las futuras reinas.
Tanto las abejas obreras, como los zánganos tienen una vida corta, normalmente viven entre 6 y 8 semanas de media.
Y por último están las abejas reinas, que son más grandes que las obreras y pueden llegar a vivir hasta 5 años. Dentro de cada comunidad solo hay una reina, y esta es la madre de todos los ejemplares de la colmena. Sean abejas obreras o abejones, todos son hijos de una reina madre.
Un enjambre de abejas es una estructura social casi perfecta. Todos los individuos que pertenecen tienen sus roles concretos y sus tareas muy muy definidas. Todas trabajan por el bien de la comunidad y todas se ayudan.
La vida dentro de la colmena es una serie de relaciones interdependientes. Ningún individuo solo no puede sobrevivir más allá de unas pocas horas. La clave para la supervivencia de la colonia y la perpetuación de la especie es el trabajo en equipo.
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